Un domingo con música

Un domingo con música

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Crónica de César Vásquez Cohello

Es el último día de la semana, se pueden hacer muchas cosas dentro o fuera de casa. ¿Qué decidiré? ¿Quedarme en ella o salir?, esa era mi duda. Pero hiciera lo que hiciera, tenía decidido cómo hacerlo. Preferí quedarme y esto pasó.

Es un domingo temprano y me dispongo a limpiar mi casa, pero para hacerlo tengo que poner música, sino siento que me falta algo. A muchos les ha pasado, ¿verdad? Busco que poner algo de  acuerdo con mis gustos obviamente, y que sea alegre, bailable. Puedo poner salsa, merengue, cumbia. No me faltará compañera de baile, la escoba cumplirá ese rol, también me servirá como micrófono. Entre sacudir, barrer, ordenar, voy por ratos bailando o cantando. A lo mejor me canse más, o quizá eso haga que la limpieza sea más agradable.

Terminé de hacer la limpieza, pero no termina el día. El día continúa, y la música también. Es la hora del almuerzo, o la hora del bitute para decirlo en términos criollos. Y cómo se acostumbra en muchos hogares peruanos o restaurantes, las canciones criollas son típicas para acompañar ese momento del día. Entre valses, polcas, festejos, voy haciendo percusión golpeando la mesa o con los cubiertos. Menos mal estoy sólo y nadie se puede incomodar.

Trato de dormir la siesta y no puedo. ¿El motivo?. Estoy escuchando música. Logro dormir un rato, pero sueño que estoy escuchando música. Lala lalá lalala, lala lalá lalala, lala lalá lalala la lalá escucho a lo lejos.

Me levanto y tengo que seguir escuchando música mientras voy haciendo otras cosas. El domingo avanza y la música también. Es momento de recargar el celular. Se apagó la batería pero no la música. Tengo que recurrir a una vieja amiga, la radio. Después de tiempo parece decirme. Siento que la estoy utilizando. Emisora por emisora voy buscando y eligiendo música variada.

Vuelvo al celular, la noche cubre ya. El domingo empieza a despedirse. Pongo algo tranquilo, pausado, como para acompañar la noche. Ya sé que es domingo y es sinónimo de alegría, pero es el momento de la tranquilidad, de bajar el ritmo. Una balada, un rock lento, un bolero para terminar el día.

La cama me espera, tendré que despedirme de la música, pero no por mucho tiempo porque el lunes me espera para seguir escuchando música.  

Escuchar música es uno de los mayores placeres que hay en la vida. Podemos escucharla por distintos motivos, bajo cualquier circunstancia de nuestra vida, para expresar estados de ánimo, solos y acompañados, o por el simple gusto de escucharla. Espero que cuando usted lea el artículo, lo haya hecho escuchando música.

7 comentarios en «Un domingo con música»

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