Al servicio de la vida y de un mañana mejor
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Por: Melva La Torre
No buscan reconocimiento, ni tampoco dinero. Niños, adolescentes, jóvenes y adultos, no importa la edad, la nacionalidad, la etnia o la religión. Ellos solo quieren salvar, preservar y mejorar la vida de las personas.
Cuando uno piensa en la Cruz Roja se imagina a grupos de voluntarios, nacionales e internaciones, capacitados y organizados que ayudan en situaciones de crisis o desastres en diversos lugares del mundo. Y es verdad, pero eso solo es una parte.
Esta institución no solo cumple los objetivos de salvar y mejorar la calidad de vida de las personas, sino que además capacita a sus integrantes en cursos y talleres, que también son accesibles para el público en general, como primeros auxilios, cuidados del adulto mayor, entre otros. Así mismo, realiza actividades que tienen el objetivo de educar a las personas para prevenir y ayudar a afrontar situaciones de riesgo.
Además, los adultos no son los únicos que pueden ser voluntarios. Los jóvenes y adolescentes también pueden ser parte de estas actividades humanitarias. Mediante ellas, aprenden, se fortalecen o encuentran esa vocación de servicio que caracteriza tanto a la Cruz Roja.
Prevenir, educar y ayudar
La prevención ante situaciones de riesgo y preparación a las personas ante una situación de desastre o crisis son parte de sus objetivos. Tal como lo hicieron el 2018, cuando el pronóstico del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI) indicó que habría nevadas intensas en 10 departamentos en la sierra del Perú. En aquella oportunidad, la Cruz Roja realizó un proyecto para distribuir suministros a las familias que vivían en dichas ubicaciones.
La promoción de la educación en este sentido también es importante y configura otro de los objetivos de esta institución. Por ejemplo, este año en Ayacucho se realizó la primera Feria Promocional por la Seguridad, la cual tenía la finalidad de enseñar qué hacer antes, durante y después de una emergencia o desastre, cómo ayudar a una persona con las vías respiratorias obstruidas por algún objeto y cómo hacer una reanimación pulmonar.
Por último, varias empresas e instituciones regionales o municipales se unen para lograr un objetivo en común. Como es el caso que se dio en Huaraz este año, donde los voluntarios de una filial de la Cruz Roja entregaron productos de primera necesidad en treinta canastas, a personas en situación de pobreza.
Una juventud humanitaria
Alrededor del mundo, los niños, adolescentes y jóvenes pueden y participan en actividades de voluntariado en la Cruz Roja. Ayudando a las personas fortalecen su liderazgo, responsabilidad, empatía y vocación de servicio. Se cumple así una labor formativa, tan necesaria en nuestros tiempos.
También, se enfocan mucho en educar a sus participantes con capacitaciones adecuadas para los rangos de edad, tal y como lo harían con los voluntarios adultos. Asimismo, se desenvuelven un entorno que busca integrarlos para que cooperen entre sí de forma desinteresada, dándoles una meta en común, las cuales se adecuen con los objetivos de la institución. Sin desdibujar el contexto real y actual.
La Cruz Roja no solo ayuda durante y luego de un desastre. Ellos educan, previenen y fomentan la preservación y la mejora de la calidad de la vida de las personas. Tanto en adultos como en niños, adolescentes y jóvenes, ya sea en nuestro país o en otra parte del mundo. Es una misión que tienen décadas en vigencia. Por ello, existe el Día Mundial de la Cruz Roja, el cual se celebra el 8 de mayo, para recordamos esta actitud humanitaria y de servicio que tiene esta institución y las personas que lo conforman, sin importar la edad que tengan.
